Nice Days

"Have a Nice Day" era la frase con la que acababan las cartas de Syu Win, de Hong Kong, enviadas desde la prisión de Caen. Había ayudado a cruzar diecisiete personas de Francia hasta Inglaterra de forma ilegal. Su testimonio en primera persona es un retrato intenso del mundo duro y esperanzado de las fronteras. Syu Win, transgresora inclasificable, delincuente internacional, carismática,
individualista y enamoradiza, nos regala un canto a un mundo común, a un amor sin fronteras al margen de la dictadura de la legalidad o las convenciones sociales que erosionan nuestro día a día.